Enero 31, 2025.
¿Cómo va todo? Estoy escribiendo hoy Viernes 31 porque por fin tengo un par de días de vacaciones. Me pedí Viernes, Lunes y Martes, como para juntar 5 días y poder descansar un poco del ritmo enloquecido que venía llevando en el trabajo. Me guardé a propósito un par de días más para tomarme en el invierno, así llego a Octubre con otro descanso en el medio (Octubre es el mes en el que se me renuevan las vacaciones :) ).
Hace un par de semanas te contaba que quería amigarme con esto de que en la vida surgen cosas que uno no prevee. Esta semana me pasó una de esas cosas. Nada grave, cero comparable con lo que pasó con mi abuela en Septiembre, pero que me dio tremendos war-flashbacks a cuando el actual presidente de Argentina ganó las elecciones y tuve que cortar algunas amistades que me tildaron de nazi por votarlo (qué fácil la gente tira esa palabra hoy en día, me da escalofríos, y qué fácil la gente juzga sin tener el contexto ni las razones por las que uno toma determinadas decisiones). No quiero dar muchos detalles de la situación porque, ¿te soy sincera? Me cansé de hablar y leer sobre política. Es agotador y siento que no resuelve nada. Al menos a mí no me sirve hablarlo de manera pública y, por lo visto, privada tampoco. La versión corta es que yo tengo un journal semi-privado donde me leen unas 20 personas a las que conozco hace más o menos 5 a 10 años. Es un journal estilo diario; cuento sobre mi vida, qué hice el fin de semana, que le compré una fuente de agua al gato porque el desgraciado se estaba negando a tomar agua del tazón del que toma hace 4 años (¿por qué los gatos son así?). Ya sabés, cosas del estilo "querido diario".
En la última entrada que escribí antes de la polémica que te voy a contar, reflexioné acerca de una costumbre que estoy intentando quitarme de a poco, que me llamaron la atención (para bien) en mi trabajo: yo no tengo por qué modificar la forma en la que hablo o me expreso en Argentina para hacerle la vida más sencilla a quien se relaciona conmigo de afuera. No tengo por qué pasar de Celsius a Fahrenheit ni pasar de kgs a pounds, ni centímetros a feet. Nada, una reflexión medio boluda, pero teniendo en cuenta que la mayoría de quienes me leen ahí son de Estados Unidos o Europa dije bueno, sabrán entender.
Una persona de aquellas 20 que me leen me dejó un comentario nada relacionado con mi entrada, sobre los dichos homofóbicos de Milei (presidente de Argentina) en el foro Davos y entre comentarios (porque yo sabía el tono con el que me estaba escribiendo entonces "le seguí el juego") me dejó saber que el hecho de que yo no escribiera denunciando los dichos del presidente era una red flag*, a pesar de que una y otra vez le repetía que este era un diario personal y... que se yo, para mí no era relevante escribir sobre lo que dijo el presidente.
*(No me deja poner footnote, así que lo escribo acá. Lo más gracioso de esto es que yo la primera vez que le respondí le dije que me parecía una aberración lo que el presidente había dicho y que no estaba para nada de acuerdo, pero bueno, se ve que no fue suficiente).
De hecho casi nunca hablo de política en mi diario, ni siquiera en el que tengo de papel donde se que nadie me juzga. No hago activismo desde los 20 años, porque me quitó calidad de vida discutir y llegar a la conclusión de que no sirve para nada, porque quien no quiere cambiar no lo va a hacer, por más que grites, por más que te manifiestes. No le quito legitimidad a las manifestaciones, que no se malinterprete, pero al menos a mí me socavan el alma y me quitan la poca esperanza que me queda de que dentro de cada uno de nosotros hay empatía y humanidad para extenderle al que tenemos al lado, indistintamente de la afinidad política que tenga.
Porque eso me frustra de la actualidad: que los políticos, independientemente de qué corriente sean, usan a su favor la grieta, el ver al otro como el enemigo porque piensa distinto y por ende verlo como un ser humano inferior, cuando en la realidad todos queremos más o menos lo mismo: vivir en paz y estabilidad. Me tocó vivir en carne propia la deshumanización por parte de quienes consideraba amigos en Diciembre del 2023. La tibieza se paga cara en mi país, y por lo visto... en otros también. Blanco o negro, vos elegí. Ahora, no elijas el medio, el gris, no seas cagón, jugátela. Me cansa.
Ya pasaron 4 días desde que sucedió este conflicto, y si bien quité a esta persona el acceso a mi diario, no me siento segura como para expresarme ahí. En mi diario, donde desde los 13 años escribo todo lo que me pasa. El resto de mis amigos se apena, no quieren que me vaya, pero ¿cómo se vuelve a recuperar la confianza después de que por poco me digan nazi solo porque decidí no hablar de algo en mi diario? Yo, que no soy persona pública ni celebridad. Me pregunto si inclusive tendría que dejar este espacio, por miedo a que me pidan que me pronuncie sobre temas políticos y sociales porque estoy escribiendo en una plataforma pública. ¿No puedo hablar de lo que me invita a la página y ya? A veces, como hoy, es un poco de política, otras no lo será.
A veces no me queda otra que entender que ya no existe un lugar seguro en internet. "Mi vieja mula ya no es lo que era", dice el dicho, y me parece que aplica muy bien a la digitalidad.
Perdón que la baje tanto. Tenía intenciones de traer otras cosas a estas columnas pero, como verás, el formato de las cartas es donde más cómoda me siento. ¿Segura? Todavía no. Pero cómoda diría que bastante.
Nos leemos,
Flor.