Adios 2022 - Diciembre
No voy a mentirte: me está costando un montón escribir esta edición del news. Como a muches, Diciembre ns llegó con todo, con mil emociones y compromisos que cumplir. Si bien no tengo amigues que se desesperen por juntarse antes de que termine el año (thank god), aún así siento la presión de que hay algo que se termina y una nueva etapa comienza. Me es difícil no ver el final de un año de esta manera. Aunque, para ser honesta, esto de hacer un news mensual y llevar mi energía alrededor de una carta de tarot por mes se asemeja a este “comenzar de nuevo” que nos trae el final de un ciclo.
Para esta edición elegí hacer esto en un formato un poquito más amigable, más estilo carta, un pequeño spoiler de lo que se viene para este espacio en 2023. Tengo ganas de ser más cruda, honesta y vulnerable en este espacio que me recibe en tu casillas cada mes. Hacerte sentir que no estas sola o solo, que a mí también me pasan cosas y que no todo es como se lo ve en Instagram.
Hablando de Instagram, ¡voy a volver! Me van a encontrar hablando en @heyflordeblog, aunque no se con qué periodicidad en historias. Estoy muy enfocada en que mi relación con las redes sociales sea lo más sana y controlada posible; ser más creadora que consumidora, y no dar tanto espacio para que las personas puedan stalkearme tan libremente.
No te voy a mentir: estoy re nerviosa. Mis últimos recuerdos en esta red tan tóxica son negativos: sentirme frustrada porque ni mis amigues veían las cosas creativas que hacía, enojada con el nivel de negatividad que existía que no importaba qué hiciera todo era criticable. Amigues siendo acosades por tener una existencia mejor que quien toxiqueaba. Y la presión de mostrar una vida curada y perfecta que… seamos honestos, no tengo ni quiero tener.
La carta de tarot de este mes
Inspirada en el newsletter de Mica, Grado IX.
El mensaje que más me interpeló en esta carta, El Juicio, es el de que es un momento de tomar conciencia de ser nosotros nuestros propios padres. Me pegó muy duro porque es algo que vengo trabajando desde que inicié el podcast allá por Julio de este año, y es algo que aún me cuesta mucho hablar porque, como a todo argentino, me es difícil hablar de plata.
No se si es por nuestra herencia cultural y el famoso 2001, pero acá en argentina hablar de plata es re tabú. No podés preguntar así nomás cuánto gana alguien, porque aparte de quedar como un desubicado, también hay quienes te envidian y/u odian por tener plata. Acá ganás más de 100 lucas y ya sos millonario (o así lo hace ver la gente en RRSS por cómo hatean).
Yo crecí en una familia donde encima la plata faltaba, y mucho. Mis viejos siempre vivieron muy al día, con lo justo, y trabajaron tooooda su vida (literalmente) en tener la casa que tenemos ahora. Como a muchos, les agarró el 2001 con la hipoteca de la casa y solo 13 años después pudimos recuperar la escritura. Mis viejos se sacrificaron muchísimo por tener algo propio, tanto que no saben lo que es salir a comer afuera ni irse de vacaciones (cuento 3 vacaciones a Mar del Plata máximo en 60 años de su vida). Disfrutar del dinero y verlo como algo positivo es algo que no está en la configuración de mis viejos, y es algo que obviamente yo heredé.
Crecí con frases como “hay que ahorrar por las dudas, nunca se sabe”, “a veces hay que hacer un sacrificio por un bien mayor” y el famoso “que gente pelotuda la que prefiere irse de vacaciones antes que ahorrar para tener una casa propia”. El que disfruta es un pelotudo según la generación de mis viejos (les cueste o no escuchar/leer esto), y yo crecí pensando que si disfrutaba de MI dinero honestamente ganado, era una idiota. A tal punto que me generó un problema de adicción a las compras y consumismo. A tal punto que me impuse un “No Buy Year” que me destruyó el deseo durante 3 meses. A tal punto que me olvidé que vivo en un país con mucha inflación y que a veces quemar la plata en efectivo no es la más inteligente de las soluciones, que las cuotas ayudan y convienen mucho en ciertas ocasiones. A tal punto que cuando decidí comprarme algo que venía deseando hace meses me sentí culpable. A tal punto que tuve que rogarle a mi mamá, yo con 31 años, que me devuelva las tarjetas de crédito que le pedí me guardara para ayudarme a controlar la adicción.
Hoy entiendo que no puedo seguir dejando que mis padres biológicos controlen un aspecto tan grande de mi vida. Porque mi dinero no solo me otorga libertad e independencia, sino que me enseña a ser adulta, a ser mis propios padres. Soy grande, tengo que ser capaz de controlar estos impulsos y de saber parar cuando es necesario. Tengo que convencerme de que soy mi propio adulto, que mis papás son entes separados de mí y que no solo no les debo nada, sino que tampoco puedo permitir que tengan tanta inherencia en mi vida. Lo veo en mi vieja, cómo deja que mi abuela aún controle su vida a pesar de que tiene 65 años. Yo no quiero vivir una vida adulta donde mi mamá todavía me haga sentir mal por la forma en que YO decido conducir MI vida.
Volviendo a la carta de este mes, El Juicio también nos habla de un final de ciclo, que puede estar cargado de confusión e inestabilidad. Y mirá si no será real que voy y vengo con las ideas, hago y deshago mientras voy experimentando. Lo que se es que esta carta, que está en la recta final del tarot, siempre nos habla del comienzo de otra cosa, que me viene dando muchas esperanzas y de verdad se siente como una pasada de página. Desde que arrancó el 2022 sentí que iba a ser un año de muchos cambios y transformación internos, que me iba a convertir en la persona que necesitaría ser para ésta década, y les juro que se siente genial estar en esta piel ahora. Hay algo que se termina para dar paso a otra cosa. Se termina la época de la Florencia hija de Claudia y César; arranca la época de Florencia mapaternándose a sí misma (que hermoso esto de ‘mapaternar’ como palabra).
En los 3 modelos de carta que les dejé arriba no es casualidad que exista un ángel comunicando a la tierra un mensaje del destino. Y en el caso del tarot de Boticelli, que es el que yo tengo, son 2 ángeles en vez de solo 1. Onda “flaca, escuchá este mensaje, no te hagas la boluda”, y sí universo, ya te escuché ♥.