Diciembre 30, 2023.
Desde la última carta que escribí que no sabía si iba a retornar a este espacio. Estuve muy bloqueada creativamente producto de varias situaciones personales que me mantienen en vilo, a tal punto que me cerré casi por completo. La carta anterior lo demuestra: hasta me fui de espacios donde comenzaba a generar comunidad.
No soy fan de esperar a que las situaciones que nos abruman cambien para que uno pueda respirar aire más fresco, pero en este caso lo siento así. Necesito que 2023 se termine. Necesito que ciertas cosas se concreten. Necesito que este capítulo de transición finalmente se cierre para comenzar uno nuevo.
Sabía que hoy al mediodía tenía el encuentro mensual de La Baumahus. No tenía muchas ganas de participar, debo admitir, pero por si acaso me puse la alarma a las 2PM que era cuando arrancaba así no pasaba de largo en la siesta. Me desperté naturalmente a la 1:45PM, me di un baño y me conecté, sin cámara. Pasados los 10 minutos, prendí la cámara. Pasados los 20, estoy haciendo el ritualito de cierre de año. No pensaba quemar el papel de las cosas que quería dejar atrás, pero lo terminé haciendo (anécdota aparte: cuando lo quemé prendió AL TOQUE y el humo tenía aroma DULCE, y aclaro que el papel no tenía aroma a nada previamente, mágico). Cuando nuestra host nos invitó a charlar sobre nuestros años, me temblaban las cuerdas vocales con ganas de aportar, pero tenía miedo. Miedo de ser vulnerable, de contar cosas negativas en un espacio donde muchos hablaban de aprendizajes y cosas positivas.
Las palabras de Flor en particular me inspiraron a terminar de decidirme por abrir el micrófono. Habló acerca de lo valioso que es mostrarse vulnerable y de la cantidad de vínculos hermosos que logró entablar gracias a su creatividad. Automáticamente pensé en estos meses en los cuales no me permití ni un poco ser vulnerable, a tal punto que tengo mensajes sin contestar esperando en mi casilla de mail.
Terminé animándome. Con la voz temblorosa dije, bueno, acá estoy, y aunque tenga nervios voy a hablar. Y conté sobre la palabra del año, de lo difícil que fue el 2023 y de que igual estaba muy orgullosa de mi misma por cómo lo había transitado (ya hablaré de eso).
En 2022 definí que mi palabra para el 2023 iba a ser liberada. Claro que a los 2 meses olvidé la palabra por completo, pero curiosamente me acompañó a nivel inconsciente durante todo el año. Estas son algunas de las cosas de las cuales me liberé (en letra normal) o me estoy liberando (en cursiva):
Exposición y consumo en redes sociales
Seguir influencers/creadores de contenido (en general, ahora va más allá de si resuenan o no conmigo)
La necesidad de hacer, decir, pensar y creer lo que hace, dice, piensa y cree la mayoría
La necesidad de que lo que funciona para otros funcione para mí
El pensamiento todo o nada — la vida pasa entre los grises
La necesidad de etiquetarme como minimalista (y aplica para cualquier otra etiqueta)
Las creencias limitantes alrededor del dinero y las posesiones materiales
Moda/estilo que no es genuino para mí
No querer ofender a nadie con lo que digo o como vivo mi vida
Entiendo que esta carta te pueda resultar algo confusa porque hay cosas que aún no puedo contarte, no solo porque aún no pasaron sino porque tengo miedo de quien pueda llegar a leerlas. En parte se que tiene que ver con esto de estar todo el tiempo ponderando qué pensarán los demás de mí cuando se que poco debería importarme; sobre todo sabiendo que la opinión que más me duele es de las personas que para mí menos valen — ¿qué loco no? Porque puedo asegurarles que la percepción de la gente que quiero no me importa en lo absoluto; quizás porque ya saben realmente cómo soy. Es seguramente miedo a que me malinterpreten, a no estar transmitiendo bien el mensaje. Y acá es donde pienso que tampoco es responsabilidad mía si el receptor entiende lo que quiere (o lo que le conviene). Me enrosqué sola 😛 hahah.
En fin, desde este lado te deseo un hermoso fin de año. Que el 2024 nos encuentre mucho mucho mejor 🥂
Tan cerca y tan lejos!! Todo resuena. Reconocer que es necesario liberarse se cosas y hacer lo necesario para trabajar en ello deja mucho que decir en nuestro proceso de crecimiento personal. Y es duro porque no todo el mundo lo entiende o quizás están atravesando otros procesos. Puede llegar a ser solitario. Y qué linda la anécdota del cierre de la Baum. He estado distanciada de la 🏡 y me encantaría finalmente participar de algún encuentro y estar más presente en discord. Espero que lo pases bien en tu despedida de año y que el nuevo año te acerque a todo lo que anhelas. Un abrazo!