Cartas de Julio ✨Influencer en rehabilitación✨
Sobre estar cansada de TENER que compartir mi creatividad en redes
Julio 7, 2023.
Hoy en medio de mucha reflexión interna se me vino un concepto muy copado a la mente. Un concepto que engloba y define muy bien la etapa de la vida que estoy transitando:
Soy una influencer en rehabilitación.
Se me vino justamente a la cabeza mientras leía la carta más reciente que recibí en mi casilla de correo de Aniko Villalba, escritora que hace unos meses arrancó con su newsletter en pos de dejar un poco de lado las redes sociales. Pensé en lo mucho que disfrutaba de sus palabras y de lo emocionada que estaba cada vez que veía su nombre aparecer entre todos mis mails sin leer. Aniko es de esas personas de las cuales no necesito que aparezcan con la periodicidad que dicen que tienen que aparecer en redes sociales. No me importa si aparece durante 3 meses seguidos y después durante otros 3 no se nada de ella. Valoro su escritura y su creatividad por encima de la calendarización, y entiendo que voy a recibir lo mejor de ella si sale de forma espontánea y no dictada por un calendario de contenido.
Si extrapolo esta situación particular al resto de las personas cuya creatividad sigo, encuentro que me pasa lo mismo. No me importa que aparezcan periódicamente. Solo me interesa que sigan compartiendo su arte y sus pensamientos con el mundo. Me quiero seguir contagiando de sus ganas de crear y de aportar un granito de arena a este mundo que tanto necesita gente que ama lo que hace.
En este punto es en el que me considero una influencer en rehabilitación. Siento que nada de lo que hago hoy lo hago por placer, porque me nace, porque me brota por los poros. No. Lo hago porque TENGO que aparecer todas las semanas o cada 15 días. Y me exprimo para grabar 3 episodios en un día para después espaciarlos en un calendario mensual, “así la gente sabe que puede esperar un episodio nuevo cada 15 días de mi parte”. Para cuando ustedes escuchan el episodio, yo ya no me siento de la misma manera. la emoción ya pasó y mis pensamientos mutaron. Están escuchando una versión vieja de mi. Inclusive cuando alguien me escribe para decirme lo que le pareció el episodio digo, “yo dije eso? justo hoy me encuentro pensando otra versión de eso que te transmití”.
No se puede calendarizar la documentación de un proceso. No se puede planificar una bitácora como quien planifica contenido periódico para una red social. Nadie en los 2000 escribía en su diario obligado; lo hacíamos cuando teníamos algo que contar, que documentar. Cuando nos daba bola el chico de nuestra clase que nos gustaba o cuando te peleabas con tus viejos. Es una actividad espontánea y cero controlada.
Y yo soy eso. Estos espacios pretenden ser eso.
Si los comparto es en pos de que a alguien le sirvan mis experiencias y porque albergo la esperanza de que esta nueva (y no tan nueva) forma de compartirme me traiga neuvas amistades y personas que vibren en la misma sintonía que lo hago yo. Casualmente las cartas más espontáneas son las que más ustedes me responden, y eso por algo es. Porque nos gustan las cosas crudas o a medio masticar; nos gusta el drama y el chisme, pero no porque seamos malos sino porque sabemos que hay algo valioso en las cosas sin terminar, en la vulnerabilidad y las telas hilvanadas que aún no han recibido su costura final.
No les voy a mentir más: no voy a seguir con este espacio periódicamente. Sí va a seguir, eso les puedo asegurar, pero sin calendario de por medio, y con mucha más vulnerabilidad que antes.
Hola Flor! leo esto exactamente un mes después de que lo publicaste y en este mismo momento es como si hubieses escrito lo que tengo en la cabeza!! Concuerdo contigo en TODO lo que dijiste y te digo que RE SI a la espontaneidad y a la frescura de las experiencias! Justo es algo que estoy trabajando con mis redes y era el empujón que me hacía falta para seguir! Gracias por haberlo escrito!!!