Buenas buenas y bienvenide a esta nueva sección del news ♥. Como ya debés de saber si hace un tiempo estás por acá, desde Enero vengo experimentando bastante con distintos formatos para ver si me hallo. Me gustó mucho el formato de las cartas, pero siento que en el medio me pierdo de charlar de temas importantes para mi de una forma más pensada y organizada.
Así que cada semana vas a estar recibiendo los Domingos por la mañana una carta escrita en la semana, y el primer día de cada mes el news mensual que va a rondar alrededor de un tópico particular.
¡Espero que te guste! 🙂
Junio 24, 2023.
No te voy a mentir, amigue mío que está del otro lado: me siento muy desconectada últimamente de estas cartas. Quizás me pasa que si te cuento todo en estas cartas, como me gusta, sienta que me pierdo de temas valiosos para el news mensual, el más grande, el más abarcativo. En parte este mes ya creo que está completo con la presentación de los resultados del passion project 365flores, pero ya me genera algo de ansiedad pensar de qué voy a hablar el próximo mes. Bah, ya tengo una idea… ¿pero qué pasa si la charlo por estas cartas y después ya no quiero seguir hablando de ellas?
Siento que de alguna manera me enrosco sola.
En fin.
Te quiero hablar de algo muy significativo que me pasó esta semana y quiero que celebremos juntes.
El miércoles 21 de Junio borré definitivamente mi blog self-hosteado.
Te juro que escribo esto y no lo puedo creer. Tengo amigas que hace años saben que venía con muchas idas y vueltas con el blog. No sabía si seguir insistiendo ahora que los blogs cayeron en popularidad y casi nadie los lee — no nos mintamos gente, esto es real. Salvo que generes contenido “evergreen”, no te lee nadie tus experiencias estilo bitácora. No tiene nada de malo. Las cosas simplemente cambiaron, mutaron, como naturalmente ocurre con todas las cosas en el mundo. Pero hacía rato que yo me sentía muy fuera de lugar. No me importa la verdad si “me dejé vencer” por la migración de la documentación de vida a las redes sociales; donde yo me sienta incómoda o como que no encajo, no quiero estar, no le doy muchas vueltas.
Por otro lado, siento que dejar ir el blog era la última cosa que me quedaba de mi etapa de Flori influencer. Ya me había deshecho de mi content calendar, de mis posteos pensados en Instagram y Twitter, de mis videos producidos en YouTube. Solo me faltaba el blog. Ese pequeño pero gran hito de lo que en su momento, allá por los 2000, significaba ser blogger — ni siquiera influencer; esa palabra no existía.
Todo comenzó la mañana del miércoles cuando de pura corazonada abrí el mail con el que tenía registrado el dominio punto com. Tenía un mail de GoDaddy (con quienes tenía el dominio) anunciando que ya no iban a aceptar pagos en pesos argentinos y que se me iba a empezar a cobrar en dólares. Los usuarios podíamos ver el precio anual a pagar por nuestros dominios simulando una compra en el carrito. Cuando hice mi simulación me horroricé: básicamente iba a pasar de pagar anualmente $4.000 pesos argentinos a 21 dólares. De una. Tacate. Una locura. Una locura para un lugar del cual no saco absolutamente nada de provecho, que ni siquiera podía seguir considerándose un hobby en el cual yo quería invertir. Todo esto sin contar los 3,88 dólares que me costaba el hosting mensual del blog.
No lo pensé demasiado, queride amigue. Hice copia de mi posteo más visto para subirlo a Wix, me contacté con mi hosting y les pedí ayuda para borrar mi blog por completo. Ni siquiera quise leer los tutoriales que me pasaron. “No no, necesito que me lo hagan ustedes, yo no tengo mucho conocimiento de esto”, les dije. No es mentira, no tengo mucha idea de cpanel y todas esas cosas que pasan por detrás de la interfaz con la cual estoy familiarizada. Y además, para esta decisión… la verdad necesitaba delegarlo. No quería pensar demasiado ni dar demasiadas vueltas.
En el lapso de 15 minutos ya estaba hecho. Había borrado el blog y cancelado su hosting y dominio. Ya está. Se acabó. La casa se vendió.
De alguna forma pienso en esta “Flori influencer” como una casa. Y dar de baja el blog fue como salir por la puerta principal, cerrarla y entregar la llave a la inmobiliaria para que a futuro alguien más tome ese lugar que yo ya no quiero. Hasta ahora lo que había hecho era tímidamente ir cerrando las ventanas y las puertas internas. El miércoles fui a por todo y efectivamente dejé la casa.
¿A dónde voy ahora? La verdad no lo sé. Estimo que estoy yendo por el camino de la escritura, de convertirme en escritora, o quiza simplemente me describa como “creativa”. No siento que esto de escribir newsletters sea realmente ser influencer. Para ser influencer te hace falta la inmediatez, el código de descuento y los miles de seguidores. Acá todo es más ‘slow-paced’. Acá somos poquitos y mal que mal nos conocemos. Se que vos amigue que estás del otro lado elegís tenerme en tu casilla de e-mail intencionalmente y por eso te agradezco.
Así que por hoy lo dejo acá y me voy con la frente en alto sintiéndome orgullosa de este gran paso dado ♥.
Con cariño, Flor.
Gracias por incitarme a pensar en el propósito de mis páginas web. Actualmente tengo dos y pago por el dominio y el hosting de ambas a cambio de nada porque no estoy dedicándoles tiempo. Además y como dices, ya casi nadie (o a decir verdad, nadie) los lee porque el consumo de contenido se ha ido transformando con el tiempo. Tengo el domain/hosting pago hasta 2025 y me gustaría ver qué provecho le puedo sacar durante ese tiempo que queda. Pero luego de ahí, adiós bye. Ya veremos que está en tendencia cuando llegue el momento y en qué etapa de la vida me encuentro yo. Ser capaz de dejar ir un proyecto como ese, en el que invertiste tiempo y dinero, y que es parte de quien eres hoy, es un acto de valentía y a la vez un reto grande. Encararlo con ese mindset de "no fracasé ni me dejé vencer, me transformé en la persona que necesito ser hoy" es un gran paso y te felicito por eso. Me gusta mucho tu estilo de escribir y compartirte. Siempre encuentro algo que resuena y que aporta un mundo en mi proceso de auto conocimiento. Gracias!