Enero 2, 2023.
Esta primera carta te la escribo un 2 de Enero. Me comprometí a escribirte cartas todos los Domingos, pero es que vengo hiper reflexiva desde que arrancó el año (sí, ya sé, es 2 de Enero. Pasaron 2 días y ya me explota la cabeza, menuda intensidad que manejo).
Me encuentro pensando mucho en mi relación con las redes ahora que pegué la vuelta con este posteo en IG. No solo porque es una red que históricamente mucho mal me ha causado, sino porque también me encuentro reflexionando mucho en cómo quiero pasar mi tiempo, cómo quiero invertirlo. A veces me pasa de scrollear mi feed y decir, che, qué aburrido. Hasta los updates de algunas personas cotidianas me aburren — llegan a leer esto y me odian, pero es verdad hahaha. Me cansan un poco las fotos familieras, los grandes grupos de gente, ese afán por mostrar lo felices que son. A ver, parece de resentida, pero es que dale amego, ¡mostrame algo más! No sé, el café que te tomaste a la mañana, una foto de tu cama desarmada, no sé, algo más real. ¡Be real! (guiño a esa red tan poco adictiva pero que me parece re cute). A veces pienso en lo bien que me hacen las cuentas como la de Coti, que sube un mix de todo, desde sus gatos, su cara, su pareja, su casa, el nuevo lugar donde vive. Me hace sentir que la conozco un poquito más, que hay algo íntimo en todo eso que muestra. Justamente por eso estas cartas para mí son tan importantes que te lleguen, porque quiero conocerte(nos).
Me pregunto si alguien allá por el inicio de las redes pensó en lo que nos iba a afectar que se masificaran tanto. ¿Qué pasó con la parte de la comunidad? Ahora resulta que todos son fans, seguidores. Pero yo quiero hablar con vos che. Entiendo que tenés 40 mil personas que te escriben y no podés responderle a todos, pero hay gente que veo que de verdad NUNCA le responde NADA a esas personas que tanto la bancan, pero a nadie eh. De 100 comentarios no hay ni una respuesta. ¿Qué están buscando al fin y al cabo? ¿Solo que lxs admiren y nada de conversación? Me aburre eso.
Estoy endulzándome con la idea de sumarme a algunos newsletters y Patreons de pago. No mucho eh, porque ya sabés que estoy intentando ahorrar dinero y no gastar demasiado (tampoco es cuestión de que se me vaya el sueldo en suscripciones). Pero a veces pensar en términos de “si este contenido que estoy leyendo fuese pago… ¿pagaría por él?” me ayuda a darme cuenta cuánto valor le encuentro yo, Florencia, a eso que estoy consumiendo. Porque a esta altura del partido a mí ya no me alcanza ver tu look y que me digas que la camisa blanca es versátil. Yo quiero saber por qué elegiste ponerte lo que te pusiste, si te afectó el estado de ánimo la decisión, y qué hiciste ese día con ese outfit. ¿Fuiste al banco a hacer un trámite, a la verdulería o a un cafecito con amigxs? ¿O fue la cena de aniversario con tu pareja? ¡Quizá te recibiste y tenés altas ganas de clavarte una pizza de Guerrín! No lo sé, y quiero saberlo.
Yo acá quiero conocer a la gente, viejo. No quiero admirarla como admiro a las celebs tradicionales, yo quiero conectar con vos y saber lo que te pasa, cómo es tu vida. ¿No es lindo documentar lo mundano de todos los días? Es, después de todo, nuestro legado a las viejas generaciones.
Enero 13, 2023.
Esta carta te la escribo desde la comodidad de mi nuevo sillón. Si, me compré un sillón. Uno usado, rojo y negro que tranquilamente podría caber en al deco de un telo barato hahaha o al menos esa sensación me da a mí, pero me encanta. Igual por supuesto lo cubrí con una manta color crudo porque necesito que combie ante todo con al decoración de mi casa, viste.
Lo vio mamá de casualidad en un grupo de compra-venta de Whatspp de barrio aledaños. Ese mismo día lo fue a ver y lo señó. Al día siguiente ya lo tenía acá, listo para ser disfrutado. Obvio que de esto ya pasaron 2 días y yo recién estoy disfrutándolo con esta carta; quien ya lo disfrutó a lo largo y a loa ancho fue Silvetre que no perdió oportunidad en descansar en él durante las horas de la mañana.
En fin. Son las cuatro y media de la tarde y me estoy tomando un break del trabajo porque estoy encarando una nueva tarea que mi equipo nunca tocó. Es extraño, porque si bien mis resultados vienen para atrás (perdón pero no quiero hablar mucho de eso hoy), me siguien dando casos difíciles y cosas nuevas para aprender bajo frases como “sos en la que confíamos para esta clase de cosas”, “sos la única a la que le confiaríamos esto”. Es confuso, ¿no? Porque por un lado algunos resultados no acompañan (y obvio me llaman la atención por eso), pero por otro lado me llenan de flores, de confianza, de premios por dar trainings e impartir conocimiento. Ojo, muy probablemente sea un mix de las 2, y yo solo esté acostumbrada a que o todo bien o todo mal, pero me sienta extraño.
Cómo cuesta esto del people pleasing. Y pensar que de chica me envidiaban por ser la chica 10, la que siempre acierta con la respuesta, la que apenas tiene errores y hace todo bien y nunca hace enojar a nadie. Creo que ser esa niña claramente me perjudicó e hizo que tuviera no solo muy baja tolerancia a la frustración, sino también una compulsión desmedida por que los de afuera me aprueben. Tanto que si cuando preguntan algo en el chat de laburo no respondo me siento en falta y culpable. “No quiero fallarme a mis compañeros/jefes/amigues/padres” es lo que se repite como disco rayado en mi cabeza, cuando en realidad se a ciencia cierta que no es posible dejar contento a todo el mundo, y que mi bienestar emocional no puede depender de ello.
Qué fácil es decirlo y qué difícil es hacerlo, ¿no?
Enero 21, 2023.
Cada vez que entro a escribirte una carta repaso por encima las anteriores, y creo que puedo afirmar que el 2023 arrancó con toda. No tengo muchas ganas de entrar en detalles porque ayer lo hablé con muchas personas e hice mucha catarsis, pero ayer me hackearon oootra vez mi cuenta de IG y después mi mail de Gmail. Por suerte ya está todo relativamente solucionado, pero fue una tremenda cachetada que me devolvió a la realidad.
Me puse a pensar ne lo vulnerables que somos online, y que muches de nosotres por más que nos creamos que sabemos mucho de internet no tenemos dimensión de las cosas que pasan tras bamblinas que pueden afectar a nuestra seguridad online.
Así que si de algo tiene que servirte esta carta, es para que vayas YA a tu calendario a agendarte un chequeo de seguridad cada 3 meses: sesiones activas en tus cuentas más importantes, repaso del antivirus, cambio de contraseña, verificación en 2 pasos. No cuesta nada realmente tomarse unos minutos cada equis tiempo para cuidarte. Por algo los bancos nos piden cambiar la contraseña cada cierto tiempo, ¿no?
Enero 24, 2023.
Me apeteció volver a escribirte hoy, casi llegando a mitad de semana.
Creo que es hora de confesarte que sigo teniendo un problema con las redes sociales 😟 Me averguenza un poco admitirlo, pero es así. Hablando con una amiga me di cuenta que no estoy tomando buenas decisiones al respecto, y que necesito hacerlo. No puedo seguir de esta manera. Se supone que esto de existir online lo hago por diversión, no para que me cause un pesar. Se supone que esto de documentar mi vida tiene más que ver con un registro para mí, para poder recordar a futuro todo lo que soy y fui, no para sentirme insegura, compararme con los demás y generarme aún más ansiedad.
Hay una realidad que no puedo evadir, y es que todo lo que sea inmediato o rápido no es compatible conmigo. ¿Y qué son las redes sociales? Inmediatas. Rápidas. Todo lo que no necesito. Cada día que pasa estoy más y más segura que los espacios ideales para mi son los que no están estrictamente supeditados por un algoritmo y donde no he tenido problemas de seguridad: este news, el podcast, mi blog, y no voy a mentirles: estoy disfrutando mucho de twitter y TikTok de momento. Quizás es porque yo crecí con Instagram y la vi convertirse en la red social de la “marca personal”, entonces lo mismo no me pasa con TT por ejemplo, o Twitter, donde no siento la necesidad de editar(me) demasiado.
Como dicen algunas chicas de la comunidad de la Baum, cuesta dejar el chupete electrónico 😛 pero vamos a por ellos, de a poquito, paso a paso.
Enero 27, 2023.
No puedo creer que ya estemos a punto de entrar en Febrero. ¿Usualmente Enero no son los meses que más chicle se nos hacen? No te voy a mentir que a mí me encanta que se esté pasando rápido — este año se me está haciendo particularmente difícil lidiar con el calor y no veo la hora de que arranque la temporada de gorros, bufandas y borcegos. Mi cuerpo lo necesita. Me lo hace saber todo los días.
Ya que estamos al final de este news, quisiera dedicar esta última carta del mes a la carta de tarot que guió mi camino este mes: El Carro. Me costó mucho conectar con esta carta este mes, y aún me cuesta. Si bien mi libro de consulta me habla de un vínculo con mi esencia artística, me cuesta asimilarlo desde lo visual. A nivel personal yo lo que veo es una persona a la defensiva, con la espada en alto, sobre un carro que si bien tiene ruedas tiene 2 caballos que no se mueven y permanencen estáticos.
Creo que luego de todas las cosas que me pasaron este mes, especialmente los hackeos, me parece natural interpretarla de este modo. Después de todo, sí me siento a la defensiva en lo que respecta a mi existencia y seguridad online. Cuando veo que a lxs demás no les pasa, pienso que soy yo que estoy haciendo algo mal o que alguna persona malintencionadx me está targeteando, cuando tranquilamente podrían ser ataques al azar a manos de bots y yo no tener nada que ver en este lío.
La verdad no se qué carta saldrá para Febrero, pero me entusiasma. En el fondo, yo se que cuando las cosas no van tan bien como a mí me gustarían el tarot aparece como una guía, una especia de ayuda que me da el enfoque para trabajar 1 cosa a la vez. Espero ansiosa escribirte el próximo mes ♥. Y también ansío que este nuevo formato te haya gustado leerlo, tanto como a mí me gustó escribirlo 🙂
Una reflexión final
Estuve a punto de hacer borrón y cuenta nueva de este news. Esto de mostrarme vulnerable otra vez online cuesta eh. Tengo bastante atrofiado ese músculo que dejó de ejercitarse por alla en el 2021 cuando tomé la decisión consciente de dejar de ser creadora de contenido.
En este momento, releyendo mis cartas anteriores y buscando una reflexión final para este mes, me siento como en un limbo: estoy muy confundida, porque no se si las redes me quieren aquí o si esta es una señal de que debo dar el paso al costado y probar por otro lado. Que no se malinterprete: esto no es como en años anteriores donde directamente había dejado de hacer cualquier cosa creativa que a mi me sumara. No. Esto es más bien un “elegir dónde va a estar depositada esa creativdad, dónde va a existir”. Muy probablemente sea en este espacio y mi podcast, proyectos a los cuales quiero seguir dedicándoles mucho tiempo y esfuerzo. Por eso decidí participar en el mes de Febrero de un mes sin redes 🙂. Para ver cómo me siento y qué me generaría no estar por ahí durante un tiempo. Se que me va a costar porque me encanta ver en qué andan mis amigues y creadores favorites, pero va a ser una linda prueba para ver qué tanto FOMO me pueden llegar a causar.
Un espacio de autobombo
Podcast — volví con un episodio sobre mis objetivos minimalistas 2023, y la próxima semana se viene la reseña del libro Goodbye Things de Fumio Sasaki 😀
Tumblr de Passion Projects — este es el lugar donde estoy documentando mi actual PP que es el de 365flores.
Hola Flor! No tienes idea de todo lo que resonó en mí en esta entrega... especialmente el tema de las redes sociales (Instagram para ser específica). En primer lugar, me dio mucha luz lo que mencionaste sobre lo que te gustaría ver en un posteo de otra persona (conectar a través de lo humano, lo mundano, lo vulnerable), y cómo quisieras percibir a los demás (un ser humano con quien conectar versus alguien a quién admirar o seguir).
Y luego viene lo otro que mencionaste sobre el valor de lo que consumimos y de lo que compartimos, y sobre tomar la decisión de dónde va a existir nuestra creatividad. Llevo muchísimo tiempo dandole vueltas al tema de Instagram, para qué lo quiero y en qué no quiero que se convierta. Me genera demasiada ansiedad y sentimientos de inferioridad con los que batallo a diario. Incluso es uno de mis más grandes bloqueos creativos.
No sabes la cantidad de cosas que he pospuesto o que no he llegado a hacer simplemente porque no he logrado acordar conmigo misma de qué manera lo voy a compartir en Instagram. Han sido tantas las veces que he dejado de trabajar en algún proyecto creativo solo porque no tengo ánimos de colocar la cámara en el trípode para documentarlo o porque la luz es mala y el video va a quedar horrible. No hay mentalidad relacionada a redes sociales que me genere más ansiedad que esa de que "todo es contenido". ¿Cómo espero disfrutar mi vida y estar presente en cada momento si siempre tengo que estar pensando en que todo podría servirme para crear contenido? El struggle es real con esto de las redes y agradezco infinitamente la forma en que lo pusiste en palabras. Me hace sentir menos sola y menos perdida.
Gracias por el tiempo que te tomas para escribirnos, y por permitirte ser vulnerable y conversar con esa familiaridad que hace sentir que hablamos con una amiga.