Elegir lo que me importa
Sobre adoptar un nuevo gatito y elegir dónde poner la energía para avanzar
Buenos Aires, Argentina. Oficina en casa. Abril 5, 2025.
Hola, ¿cómo va? ¿Cómo está el clima donde vivís? Acá estamos teniendo como un adelanto de lo que será el invierno, los árboles poco a poco se están tornando amarillos y las hojas de a poco comienzan a caer. Es increíble lo mucho que nos puede cambiar el ánimo el clima, ¿no? Hace 1 mes atrás estaba completamente deprimida por el calor que estaba pasando, y ahora no puedo evitar sonreír al sentir los dedos de las manos un poco fríos.
Estoy intentando que cada carta se sienta un poco más como eso, una carta, y no un ensayo reflexivo donde tenga que explorar un tema o dejar una frase que te deje como "wooow". Como te conté en la carta anterior, estoy cansada de fingir ser una figura de autoridad; tengo muchas más ganas de simplemente dedicarme a vivir la experiencia de ser humana con todo lo bueno y malo que tiene. ¿Tendrá que ver con la edad?1. Este mes en La Baumhaus estamos leyendo el libro The Subtle Art of Not Giving a Fuck de Mark Manson y hay una frase que quiero compartir con vos que resonó mucho en mí :
"Asimismo, al entrar en los treinta y los cuarenta, algo más empieza a cambiar. Nuestro nivel de energía decae. Nuestra identidad se consolida. Sabemos quiénes somos y nos aceptamos, incluyendo las partes que no nos encantan. Y de una forma extraña esto es liberador. Ya no necesitamos que todo nos importe. La vida es lo que es; la aceptamos, con todo y verrugas"
Ayer amanecí no teniendo idea que para el final del día habría otro gato en mi casa. Desde el 2020 tengo a Silvestre, un gato tuxedo de 5 años que llegó a mi vida 1 mes antes de que arrancara la cuarentena más larga del mundo acá en Argentina2. Siempre fantaseé con traerle el hermanito que no pude adoptar en ese momento, pero no fue hasta mudarme a la casa que creo que será la definitiva para toda mi vida que empecé a considerarlo en serio. Cuando ayer mi novio me envía una captura de pantalla del chat con su papá sobre una gatita adulta que estaba refugiada en el edificio donde vive, no lo pensé 2 veces: bastó nomás ver su carita que ya empecé a recorrer la casa para asegurarme que era lo suficientemente segura como para traer una segunda mascota a vivir en ella.
A lo largo del día, fui invirtiendo mi tiempo en diferentes actividades. Cuando me quedaba tiempo en el laburo mientras esperaba una respuesta por chat, me ponía a limpiar, a cocinar o a hacer stretching en mi yoga mat. Cualquier cosa que hiciera que el tiempo se pasara más rápido. A eso de la 1 de la tarde mi novio me dice que habló con su papá mejor y le explicó cómo la gatita había llegado ahí: la abuela de mi novio también vive en el edificio, pero hace 1 mes aproximadamente está en una provincia del interior de visita, así que cada equis cantidad de tiempo su hijo (el papá de mi novio) va a regarle las plantas. Es en una de esas regadas que empieza a ver popó en un trapo de piso del baño y por fin la encuentra y nos manda foto. "Hola hijo, ¿no querés una gatita educada?".
Parece cliché, pero cuando vi las fotos me enamoré a primera vista. "Esa es Phoebe, ¡es Phoebe!" le dije a mi novio cuando me reenvió el mensaje. No tardamos mucho en decidirnos en que la queríamos: no solo nos gustaba mucho y era hembra (dicen que macho y hembra se llevan mejor que machoxmacho o hembraxhembra), sino que nos había conmovido su historia y lo tierna que parecía.
Llegó a eso de las 5PM mientras yo rusheaba trabajo para poder dedicarme a ella cuando llegara. Fue durísimo porque me tocó esperar hasta las 6 para poder interactuar realmente con ella. Su dulzura es inconmesurable. Desde el minuto 1 se subió a la cama y se nos refregó por todos lados, sin parar de maullar. Nos dio miles de cabezazos y se dejó alzar. A la noche, y porque no hay otra habitación donde mantenerla separa de mi gato de 5 años Silvestre, durmió con nosotros adentro de la cama. Que va, ya sé que no es lo más higiénico... pero no había forma de despegarla de nosotros. Yo creo que si pudiera fusionarse con nuestros cuerpos, lo haría. Despertamos a la mañana con la gata hecha un ovillo entre nuestras almohadas, como protegiéndonos.
En otro momento quizás hubiera visto miles de videos en YouTube sobre cómo presentar gatos, pero esta vez decidí tirarme a la pileta y vivir la experiencia con el conocimiento que ya tenía. Creo que es a esto lo que el autor del libro se refería: en vez de dedicarle tanta energía y tiempo a buscar más y más información, directamente accioné y estoy dejando que el lenguaje felino me dicte qué necesitan mis gatos para sentirse cómodos el uno con el otro. En vez de paralizarme pensando en toda la información que me falta, decidí que lo que sabía era suficiente y que estresarme por esto no me iba a ayudar a tomar ninguna decisión con la que yo terminase siendo feliz.
Finalmente, y para terminar esta carta, te dejo una foto de los michis desayunando juntos sin una puerta de por medio por primera vez.
Besos,
Flor.
Tengo 33, btw
Si, es un gatito pandémico y tiene un apego por ansiedad tremendo, como casi todos los gatitos nacidos y criados durante la pandemia del Covid-19
Me
Encantó la historia. Yo ya tengo algo de experiencia en eso de presentar gatos unos con otros. Yo tengo un pequeño albergue casero Tengo al día de hoy 17 gatos. Ha sido y es cada día un reto. Así que no pude evitar conmoverme con tu historia. Gracias por compartir.